Ya se han dicho muchas cosas acerca del terrible panorama que nos puede ofrecer una sociedad que se pone a sテュ misma en peligro a travテゥs del mercado de la comunicaciテウn. Tampoco podemos aテアadir nada a la desorientaciテウn que han provocado las テコltimas fases del industrialismo. Pero sテュ se puede dar un paso mテ。s allテ。 y aprender a comprender todas estas inseguridades de nuestro tiempo, un paisaje conceptual que la crテュtica ideolテウgica niega cテュnicamente y ante el que, sin embargo, serテュa peligroso ceder sin guardar las distancias.