Nueva York siempre sabe a Nueva York. Es un sabor dulce,a veces exageradamente punzante, pero que siempre te deja conganas de más. Marina, Moli para los amigos ?y más exactamenteMoli Jones, en recuerdo de la alocada Bridget?, desembarca enla Gran Manzana dispuesta a darle un buen mordisco, a pesarde llegar casi sin dinero y sin trabajo. ¿Pero eso qué importa cuandose tienen ganas de comerse el mundo? Pronto se dará cuenta de quelo fundamental en la ciudad es tener una buena agenda de contactos.Y para eso Moli es la reina: no pierde el tiempo. Así que manosa la obra. Primero se enamora de un dentista rico y luego encuentratrabajo con uno de los diseñadores más fashion de Nueva York.Su meta es llegar a tener su propio show-room. ¿Lo logrará?¿O la mujer que constantemente le pone la zancadilla en la oficinay que aparece en su vida en cada vuelta del camino se lo impedirá?¿O se lo impedirá el amor?